miércoles, 4 de febrero de 2009

ARTE CENSURADO

“…un libro, para que sea un verdadero libro, tiene que ser un peligro”.
E. M. Cioran



La intransigencia, el autoritarismo, tienen su punto débil en la inseguridad, frente a hechos que escapan de sus límites establecidos y cuya única manera de hacer frente a estos actos es a través de la censura, eliminar cualquier vestigio de acto inconforme con el orden establecido sea cualquiera las características de ésta

La censura hacia el arte se ha manifestado en diferentes partes del mundo, en varios momentos de su historia, y cuando me refiero al arte, me refiero a la pintura, la escultura, el teatro, la música, la literatura, el cine, etc., y los casos son innumerables, tan solo habría que recordar algunos,

· Hitler condena al arte moderno considerándolo degenerado, persigue, encierra artistas y destruye sus obras. Alemania.

· Se dicta una fatwa contra los Versos Satánicos de Salman Rushdie. Irán.

· El primer gobierno peronista, fuertemente influenciado por los curas franquistas, obligó a reescribir las letras de los tangos para adecentarlos y a decir mamas en ves de tetas. Argentina.
. Se prohíbe en Roma, como en otras ciudades del mundo, el estreno de la película “La última tentación de Cristo”, del director Martín Scorsese, basada en la novela del mismo nombre, del escritor Nikos Kazantzakis.

. Luego de unos trabajos de restauración en los frescos de la Capilla sixtina, pintada por Miguel Ángel, se descubrió que varios personajes fueron pintados desnudos originalmente y se cubrieron en algún momento.
Este tema de la censura se presenta dentro de la macro política del poder, es decir aquel esquema organizacional el cual está formado por varias micro políticas de poder, de diversas escalas, las cuales podemos encontrar en todas las esferas, grupos y estratos, incluso en la célula de la sociedad, la familia, diversificándose de esta manera las prácticas de control de modo esquizofrénico. La macro-política de poder se estructura fundamentalmente sobre la idea de la sociedad ordenada, por medio de reglas y normas que permitan el funcionamiento de la maquinaria social- cultural – económica – productiva, religiosa, militar, y dentro de este esquema no puede existir el error, el azar, todo es planificación pura. Pero ese sistema perfecto e irreversible, no considera la reversibilidad de lo irreversible, pues como dice E. Morin, todo sistema en algún momento tiende a la transformación, ya sea por factores endógenos o exógenos, pues un sistema para que evolucione y perdure debe ser un sistema abierto, y estar en constante mutación.

El arte en los últimos años ha sido víctima de la estrechez mental de quienes lideran los grupos de poder, sobre todo en el Perú, donde el arte como una de las expresiones de nuestra cultura, sobre todo la contemporánea, está relegada de toda consideración, a diferencia de las obras relacionadas a nuestra cultura pasada. Pero esta indiferencia se invierte al tocar ciertos temas que puedan herir susceptibilidades de ciertos grupos que bajo el falso discurso de velar por la moral o el respeto a nuestro pasado, de hacer un bien a la sociedad, se oficializa la censura de manera abusiva, vale mencionar lo dicho por Jorge Jaurena, “el arte, en tanto producto de la cultura, debe ser revulsivo. Debe provocar en el individuo emociones, reacciones y disparar ideas: positivas o negativas respecto de la obra en si”.


Al principio y al final, todo tiene su raíz en el poder, poder que deviene y se ejerce a través de una política, ya sea de estado o religiosa. Desde antes de las primeras civilizaciones, es decir desde la aparición del homo sapiens, lo místico-religioso determinó muchas de las actividades de los grupos sociales. Con el advenimiento de la civilizaciones, es decir la mesopotámica, la cultura Caldeo-Asiria, y todas la siguientes culturas que aparecieron en la historia de la humanidad, hasta nuestros días, se han organizado entre el poder del estado, en sus diversas variantes y la religión, ya sea bajo uno de ellos o de ambos.


Así es posible encontrar en esa compleja estructura del poder, grupos rebeldes e inconformes, que buscan ganarse un espacio dentro de ella, pues no pretenden tomar distancia de ella, sino pertenecer, estas nuevas sociedades o grupos alternativos, que coexisten de manera paralela, aunque insertada, parasitando e infectando poco a poco a las micro-políticas de poder, hasta ganar espacios en varias esferas de la macro-estructura. Es en este escenario que los tentáculos de la macro-estructura de la macro-política del poder extiende sus tentáculos para reprimir, censurar, silenciar, cualquier intensión de cambio o nuevos pensamientos.



Vuelven los viejos esquemas de control, que determinan qué está bien, qué está mal, qué es arte, qué no es arte, dentro del discurso oficial, venga de donde venga, proponiendo el no discurso de la libertad de expresión a través del alguna expresión artística. Y esto influenciado bajo los preceptos anacrónicos que se mantienen sobre la conceptualización y materialización del arte, que los tienen encasillados en la idea de la representación de la belleza en el arte, aquella que eleva el espíritu de quienes la contemplan, pretendiendo volver a la idea de la relación contemplativa entre el observador y la obra, enfoque que ya a principios del siglo pasado quedó desterrado, como dice Marcel Duchamp, “…que el buen gusto es el peor enemigo del arte”, sobre todo con la incorporación de la fenomenología en el entendimiento del arte contemporáneo, pues hoy las obras artísticas no solo tienen su razón de ser en el objeto, sino también como medio para transmitir un mensaje, una realidad, una manera de ver el mundo, etc., la actitud del artista y el observador son cada vez más críticas, en su relación con el otro y con su entorno.




"La única diferencia entre los santos y los pecadores es que
los santos tuvieron su pasado, y los pecadores tienen su futuro."
Oscar Wilde.



En la macro-política del poder hay diversos sectores que intervienen en la organización de la estructura de poder, pero entre las más importantes y las que han perdurado a través de la historia de la humanidad, son tres, una la del poder del estado, el poder militar y el poder religioso, con sus diversas maneras de expresar la censura y la represión, pero cuando el poder se manifiesta en cualquiera de las diversas combinaciones, la censura será aún más contundente. Y es que la estructura de la macro-política del poder mantiene ciertas prioridades como consecuencia del proceso de modernización, el cual durante la historia siempre ha devenido en beneficio y perjuicio, tal como lo dice Paul Virilio, mas en la actualidad todo se ha visto acentuado por la incorporación de la velocidad, “time is Money”, ya casi no hay tiempo para la reflexión, y si la que hay es denostada, el éxito es el fin supremo, las nuevas generaciones solo piensan que siempre tienen que ocupar su tiempo en trabajar y otras actividades productivas, entiéndase económicamente, como dice Juan Ruales, “…en nuestra sociedad, caracterizada por la supremacía de la lógica sobre la fantasía, de lo utilitario sobre lo estético, del capital sobre el trabajo, hacer arte es en sí mismo un acto irreverente. Aun cuando ese arte no sea contestatario”.



En el Perú, la aplicación de la censura, también se ha producido en gran número, y no podía ser de otra manera, teniendo en cuenta el poder, ya sea del estado, los militares o la iglesia, que hasta hoy en día mantienen su nefasta presencia, a veces camuflada en un velo de modernidad, pero que saca a relucir sus mordazas ni bien se sienten de alguna manera “amenazados”,

. El gobierno militar del Presidente el Gral. Juan Velasco A. impidió al músico de rock Carlos Santana a ofrecer el concierto en Lima.

. La Iglesia Católica prohíbe el estreno de la película “La última tentación de Cristo”.



Esta distribución del poder tenía como ya se dijo la responsabilidad de organizar una sociedad, pero no es menos cierto que ese poder sirvió para controlar a la sociedad misma, a través de restricciones básicas para sobrellevar la convivencia, no solo por la promulgación de reglas y normas, sino también por la dosificación o manipulación de la información, puesto que el rebaño debía mantenerse en regla, ellos determinaban que se debía o no debía, decir y hacer para mantener el estado de respecto a los otros, el respeto entre todos, en esas condiciones muchos justificaban los actos de censura frente a situaciones que podían alterar el orden establecido y/o pactado. Kant nos explica la necesidad y la legitimidad de la censura. La santidad racional de la ley moral debe ser objeto «del mayor respeto» (der größten Achtung), de una adoración: ésta se dirige a la causa suprema (Ursache) que realiza plenamente estas leyes. Sin embargo, lo más sublime se empequeñece (verkleinert sich) entre las manos de los hombres, es decir, de los seres finitos. Es preciso, pues, añadir las leyes de coacción (Zwangsgesetze) al libre respeto por la ley moral, el único respeto auténtico. Es preciso acomodarse a una crítica que dispone de la fuerza, es decir, a una censura.


La macro-política del poder está compuesto de diversos sectores que intervienen en la organización de la estructura de poder, pero entre las más importantes y las que han perdurado a través de la historia de la humanidad, son tres, una la del poder del estado, el poder militar y el poder religioso, con sus diversas maneras de expresar la censura y la represión, pero cuando el poder se manifiesta en cualquiera de las diversas combinaciones, la censura será aún más contundente. Y es que la estructura de la macro-política del poder mantiene ciertas prioridades como consecuencia del proceso de modernización, el cual durante la historia siempre ha devenido en beneficio y perjuicio, tal como lo menciona Paul Virilio.


En la obra de Cristina Planas, la censura se origina por la presentación de las imágenes religiosas sin su ropaje, es decir en ropa interior; lo que se puede interpretar es que desviste a las imágenes de sus santidad (ropa) y las reviste de humanidad ante sus propias desnudeces, y es que antes de ser santos fueron humanos, y tal vez la verdadera santidad radica en ello, en su humanidad e identificación con aquellos que los veneran. Es quizá el Cristo el que haya generado menos controversia entre todos por este detalle, y es que en Cristo no es indigno su desnudez (son los tiempos), entonces el despojo de aquello que los cubre, esté ligado a una identificación con el Cristo crucificado, el Cristo desnudo, que se muestra sin vergüenza y sin pecado alguno (el pecado está en quien quiere verlo). Pero el halo de santidad y divinidad aún se mantiene por el aura característica, mediante la cual se les reconoce como tales, y no por la vestimenta.

Pero con el paso del tiempo ese poder fue distorsionando y radicalizando sus métodos, con el afán de mantener el control de sus gobernados, sobre todo cuando aparecían grupos disidentes, por medio de entidades u organizaciones paralelas, oficiales o clandestinas, como la Inquisición o el Ku Klux Klan, con el fin de preservar la supremacía de un grupo determinado en contra de una o más minorías.
En las últimas décadas se han producido diversos cambios que permitieron superar aquellas prácticas, mas fueron reemplazadas por otras, cuyo objetivo sigue siendo el mismo la castración del pensamiento y opinión, bajo justificaciones retrógradas, y es que si bien la tecnología a evolucionado aceleradamente, las sociedades como organización aún conserva los mismos errores y vicios, generados por el control ejercido desde el poder, sea cual sea.



La protesta de de la Iglesia y de la feligresía, y de otros no tantos, como se puede comprobar en los distintos blogs que han tocado este tema, ya no solo se refieren a la mostración desnuda de los santos, sino en muchos casos por todo aquello que acompaña a los mismos, es decir ese neo-barroquismo chicha, que los iguala a aquella santa ilegal, por no ser reconocida, aquella que se presenta más recatada, y esto no hace mas que re-descubrirnos con otras de nuestras taras, la discriminación y el racismo, y no por la raza de los santos propiamente dicha, mas bien por la aceptación oficial, y el reconocimiento de ciertos estratos sociales. El artista mexicano Rafael Cauduro dice sobre este aspecto, "Me encanta romper con la ceremonia. El arte no es solemne, sólo la mentira fraudulenta lo es. Lo intocable no tolera bromas, porque tiene atrás una mentira. En cambio, lo auténtico acepta juegos.". Y es que la reacción hubiera sido la misma si se presentaba en un distrito populoso?, me imagino que no, pues lo que se han movido en todo este desquiciado evento, son los hilos de los sectores conservadores de cierta clase social de San Isidro, demostrando como la de otros distritos, una vez más su limitada visión sobre asuntos en los cuales no saben nada, pero que siempre tienen algo que decir.


"...Soy de la familia de las ovejas negras
Somos las ovejas que no tenemos pastor
que no tenemos modales
que no tenemos pradera
Somos las ovejas que cruzamos la sierra
por la senda precipitosa para llegar al otro lado del alma
El destino de las ovejas negras no es necesariamente tener familia
ni vivir la vida como mande el American dream
El destino de las ovejas negras es iluminar la vida...".

De “La oveja negra”, Karen Finley.



Mas en la actualidad todo se ha visto acentuado en el proceso de modernización por la incorporación de la velocidad, la ley del “time is Money” domina las nuevas generaciones, ya casi no hay tiempo para la reflexión, y si la hay, es denostada, el éxito es el fin supremo, las nuevas generaciones solo piensan que siempre tienen que ocupar su tiempo en trabajar y otras actividades productivas, entiéndase económicamente, dentro de este panorama el arte se convierte en el único fortín de reflexión, habría que mencionar la dicho sobre el asunto por Juan Ruales, “…en nuestra sociedad, caracterizada por la supremacía de la lógica sobre la fantasía, de lo utilitario sobre lo estético, del capital sobre el trabajo, hacer arte es en sí mismo un acto irreverente. Aun cuando ese arte no sea contestatario”.


En París se retiró de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo las obras del artista Oleg Kulik, por considerar que los temas tratados eran zoofílicos, aunque muchos piensan que todo este acontecimiento formaba parte de su instalación, cosa que podría ser cierta considerando presentaciones anteriores y lo radical que suele ser el artista. En el caso de Cristina Planas no se podría decir lo mismo, a pesar de que sus obras están cargadas de una ironía e irreverencia mordaz. Es evidente que en todo este acto prepotente, la intención es impedir la continuación de la muestra, aún faltando pocos días para su término, aduciendo originalmente ciertos problemas administrativos con la municipalidad de San Isidro, aunque es bien sabido que la Iglesia alzó su voz de protesta, y claro ella por sí misma no podría intervenir en la muestra, fue así que se produce una alianza nefasta con el poder municipal, cual medioevo, para conseguir tales fines. Finalmente cuales serían las consecuencias de todo este absurdo, la artista Cristina Planas dejará de producir obras y exponerlas?, evidentemente no, pues felízmente siempre habrá otros espacios que puedan acoger sus obras, quien sí parece haber sufrido las consecuencias es la galería y su dueña, por sus problemas con la municipalidad, o por su desencanto ante la desmesurada reacción, así que de nuevo retornamos al eterno dilema, del lugar de la cultura y del arte contemporáneo en nuestra sociedad, en este (in) “civilizado” país, que gracias a los últimos acontecimientos, parece regresionar en el futuro.