jueves, 22 de enero de 2009

La perfección de un instante (continuación)

Sucede que ella y yo nos hemos hecho entrañables y nos necesitamos, pues existen rasgos de nuestra personalidad que tienen bastante en comun, como "cuando comemos rabia para evitar matar a todo el mundo" diria el chileno Pedro Lemebel, o como tener el valor de aceptarnos diferentes, compañeros en rechazar la intolerancia, las limitaciones y la falta de creatividad, compañeros en la decepcion, en apelar a la fantasia antes que la triste realidad, en acudir a la verdadera realidad que es nuestra realidad interior, en la minoria, compañeros en una risa hipocrita, en algunas obscenidades, en el olvido, en la sobrevivencia, en enamoramientos, en la bilis, en nuestros higados que deben estar fritos, en nuestras atrocidades, en el ocio productivo y del otro tambien, en la deriva, cuando el vaso rebalsa, en nuestros cansancios, en el proceder, en nuestros pensamientos, en las palabras que no dijimos, en el paneton con chocolate caliente, en el azar y suincertidumbre, en lo que hay en mi de ella y viceversa, en las casualidades, cuando mi mano sujeta la suya, en las peliculas que nos devuelven la esperanza, en la luna llena, en nuestros lunares, en nuestras culpas, en los renaceres, en ansiedades infinitas, en nuestro imaginario technicolor, en soledades compartidas, en el dolor hermanos, en el raje nuestro de cada dia, en nuestros desconciertos, en nuestra naturaleza diversa, en la epoca que nos toco vivir y ala que no pertenecemos, en nuestros delirios, en lo que perdura, en nuestros demonios interiores, en el de vez en cuando, en el saca pica, en el autosarcasmo, en la frivilidad de la moda, en nuestra locura, en nuestras espectativas, en nuestras contradicciones, en nuestros rollos calatos, cuando nos comportamos, cuando queremos ser una rata, cuando las ganas se juntan, en nuestra conchudez, en la canchita serrana, en la Coca Cola, en nuestro ego ofendido, en nuestras depresiones, en nuestroscaprichos, en nuestros extravios, en lo no pensable, en lo absurdo, en nuestras equivocaciones, en aquellos silencios terribles, cuando elegimos, en lo que intuimos, en la telepatia, en lo cachibacheros: fierro,catre,botellas, en la pelicula de madrugada, en el whisky que le robo a mi viejo, en nuestras disposiciones a cualquier hora, cuando nos ilustramos, cuando nos llegamos, cuando no estamos en el lugar que nos corresponde, cuando valio la pena, cuando nos hacemos falta, cuando balbuceamos, cuando hay risas explosivas, cuando nos despedimos.

inescrutable

lunes, 12 de enero de 2009

viernes, 2 de enero de 2009

UN DÍA COMO HOY HACE UN AÑO

(escrito el 31 de diciembre del 2,008)


Hace tres días ZZ estaba caminando por el jr. de la Unión, eran las dos de la tarde, el calor aún no sofocaba, había cierto frescor en el ambiente, pero igual él caminaba por la sombra, la que arrojaban las edificaciones sobre la calle, y en la zona antigua de la ciudad uno puede encontrar esos refugios para los caminantes, los que no se ven en otros lugares más recientes, …ay la modernidad!
Llegó a la Plaza San Martín, sintió cierto alivio por el desfogue que representaba llegar a un espacio más grande y abierto, sin la presencia de tanta gente caminando a su alrededor, y pensó ir por la av. La Colmena, caminó una cuadra y se detuvo, y dobló a la izquierda, ir por jr. Camaná, algo le hizo cambiar de decisión, y como siempre sucede, tal vez, algo que llama su atención o el regresar a algún lugar ya visitado, y……..parece fue lo segundo, y si es eso, es por algo que sucedió, alguien a quien conoció, alguien con quien fue, pueden ser tantas las razones derivadas de una sola razón inicial.
Es así que encontró el alivio no solo de escapar de la muchedumbre, sino también de la abundancia del color amarillo, caminaba por la vereda derecha de la calle, tomando en cuenta el sentido del tráfico al igual que el sentido de su caminar, pasó por el Queirolo, se escuchaba las voces de las personas (que no parecían muchas), miró por la ventana, había mesas vacías, tuvo ganas de entrar a tomar algo helado, que aplacara su ya evidente sed, pero le faltaba compañía, y le hubiera gustado que esa compañía fuese la de hace unos días.
Hasta que llegó a su destino, que motivó el desvío, y del que desconocía, era una especie de galería o feria, pero mucho más chica, en un lugar que parecía haber sido una casa y que ahora estaba demolida, el lugar tenía dos puertas grandes, de casona antigua, ingresó por una de ellas, se acercó hacia uno de los puestos que vendían todo tipo de objetos usados, era el primero de la izquierda, no se encontraba la señora que los atendió aquella vez, cuando acompañó a S. A., estaba un señor que no le dijo nada, algo extraño para en una persona que tiene que vender, y ZZ veía con comodidad y calma, pero más que ver todo lo que había, en realidad buscaba cosas específicas, una era una postal, con una pin up oriental, le preguntó al señor que vendía por ella, pues no la veía entre las muestras, entonces el señor sacó una cajita de cartón de donde sacó varias postales, y para su alegría entre ellas estaba la ansiada postal, la cual ya le había llamado la atención la anterior visita, una vez que lo tuvo en sus manos, continuó mirando, ahora una vitrina donde había un sinnúmero de objetos, de todo tipo y de toda época…


- Desea algo más?

…le preguntó el señor, mientras ZZ continuaba mirando, buscando…

- Estoy viendo.


…algo más faltaba, y que deseaba adquirir, pero no lo encontraba, en todo caso con mucha facilidad, y es que parecía haber más cosas en esa vitrina, la vez pasada no estaba tan llena, se decía, tal vez una vez cerrado el puesto, sacan todas las cosas de la vitrina y las guardan en alguna caja, y al día siguiente cuando vuelven abrir los colocan nuevamente, y dependiendo del ánimo de la persona o del apuro, se colocan más o menos objetos, sin olvidar que podían cambiar parcialmente o totalmente el material a exhibir, y pensó que podía haber sucedido lo mismo que con la postal, pero…. no!, después de varios minutos, debajo y entre varias cosas, al fin lo encontró, y le dijo al señor…

- Cuánto está esto?

- Qué cosa?

- Este llavero.

…señalaba el llavero, con desesperado entusiasmo, hasta que lo tuvo en sus manos, y una vez así ya los sentía propio, pagó por ambas cosas, y salió satisfecho de su adquisición. Esa era la verdadera razón que motivó el desvío repentino, comprar ese llavero.

El último día del año se presentaba bastante tranquilo a pesar de las expectativas finales, y a pesar del ajetreo en las calles como es de esperar, gente yendo de un lado a otro, y con las luces y adornos que se mantienen por costumbre o flojera, se veía todo igualmente cargado como hace una semana. Él se dirigía a su casa luego de ver algunas cosas relacionadas a un trabajo, cosas pendientes, eran cerca de las cinco de la tarde, cuando sonó su celular, era el sonido de una llamada, lo sacó de su bolsillo derecho del pantalón, vio en la pantalla quién lo llamaba, era ella, S.A., y contestó…

- Aló, S.A.!

- Aló ZZ!

- Cómo estas?

- Bien, y tú?

- Yo también.

- ZZ qué vas hacer más tarde?

- Nada, estaré en mi jato hasta la noche.

- Hay que vernos más tarde.

- Ya, a qué hora?

- A las siete en el T.c.B.

- Ya, nos vemos después.

- Ya, chau!

…ya en su casa, después de un desesperante viaje en combi, pues el tráfico de fin de año se volvía aún más pesado, empezó a organizarse para las últimas horas del ya prácticamente extinto año, vio el reloj, eran las seis, entonces se alistó para su reunión de las siete, pero en ese instante pensó por qué no!, entonces agarró el llavero que lo tenía en su librero, era parte de su decoración, pero igual, buscó un papel de regalo, habían retazos en un cajón, pero mirando dentro de él, el montón de papeles de mil colores y mil dibujos, se acordó de una vez, un regalo de ella para una amiga, envuelto en papel periódico, entonces dijo tiene que ser distinto, buscó un pedazo de papel craft, pero no lo encontró, al final agarró una hoja de un periódico y lo envolvió, doblado de manera poco pulcra, y con mucho apuro, y lo pegó con un masking tape, dijo ya está listo, vio el reloj, eran las seis y cincuenta, se apuró lo más que pudo, se cambió, cogió, el paquetito (regalo), lo puso en el bolsillo de su camisa y se dirigió al lugar.

Siete y cinco, llegó al T.c.B., y ella ya estaba allí, sentada en una de las mesas del medio de frente a la puerta de ingreso (tal vez para ser ubicada más fácilmente por él), las demás estaban ocupadas, ZZ entró y la saludó…

- Hola S.A., me demoré un poco!

- Hola ZZ!

- Hace rato que estas aquí?

- No, hace poco.

…ZZ se sentó, y antes que empezaran a conversar, él le dijo…

- te he traído algo.

- Sí!


…él metió la su mano en el bolsillo de la camisa…

- Qué cosa me vas a dar?

…en su cara había una sonrisa de curiosidad, en la mesa que estaba detrás de ella, habían dos chicas, y la que estaba sentada mirando de frente a ZZ, también sonreía, ante los sucesos algo inesperados que sucedían, mientras tanto él sacó el paquetito de regalo, lo puso sobre la mesa y se lo acercó, S.A. lo tomó…

- Un regalo!

- Sí.

- Qué será?

- Ábrelo!

…en la otra mesa la atención de la chica se dirigió hacia lo que sucedía en la mesa del frente, mientras su amiga le conversaba, y mientras S.A. abría el regalo y vio el contenido…

- ZZ, lo compraste!

- Hace tres días (es la misma frase con la que empezó este relato!) estuve por el Centro.

- Lo compraste!

- Y fui a ese hueco que fuimos y lo compré.

… la chica de la otra mesa seguía viendo todo lo que pasaba, y su sonrisa ya no solo era de curiosidad, porque alguien entregara un regalo en un lugar como ese, sino de sorpresa al igual que la de S.A. al ver el llavero, alguna vez el dar un regalo produjo ese efecto en dos personas a la vez, sobre todo en alguien totalmente extraña?…


- me acordé de ti y lo compré!

…ella lo agarraba, lo miraba, estaba contenta de haberlo recibido, a pesar de ser un llavero de segunda si no de tercera, y lo metió en su bolso, hasta el papel entró en él, después conversaron, tomaron T., ante la disimulada atención de la chica de la otra mesa, hasta que fueron las ocho y media, se pararon y ZZ vio que la chica los seguía viéndola salir, claro que él se había dado cuenta del interés de ella por lo que sucedía entre él y S.A., después caminaron por las calles de Miraflores, conversando, hasta que llegaron al paradero donde ella tomaría el carro que la llevaría a su casa…

- Ya ZZ, nos vemos el próximo año!

- Todavía no te despidas, porque te acompaño.

- No es necesario.

…minutos después llegó la combi, ella le dio un beso, despidiéndose, y subió, y él subió siguiéndola, S.A. se volteó y lo vio a su lado, acaso ella pensaba que él no la acompañaría hasta su casa?, sonrió algo sorprendida y conforme, hasta que bajaron, fueron a Wong, donde S.A. compró algo para su madre, saliendo ella se quiso despedir pero ZZ la acompañó hasta el otro lado de la calle (la vereda del frente), y se despidieron de modo extraño.
Quien sabe si ese llavero tenía destinatario, que fue uno de los motivos por los que ZZ desvió su camino por La Colmena, pero no era él, quien tres días antes lo había comprado, sino ella, S.A., con quien fue a aquel lugar, llevado por ella, y vieron el llavero, pero nadie se animó a comprarlo, a pesar de gustarle a ambos (tal vez porque cada uno pensaba que el otro lo debía comprar), y quien sabría que sería ella al que lo tuvo finalmente en sus manos, haciéndolo suyo, como él hace tres días lo tuvo el día que lo compró. De regreso a su casa ZZ, sentado al lado de una de las ventanas de la combi, casi vacía por la proximidad de las doce de la noche, miraba hacia la calle, que pasaba velozmente ante sus ojos, sin prestarle atención, y es que su mente estaba en los hechos de las últimas horas, y pensaba con total certeza que tal como se desarrollaron las cosas, ella debió ser la verdadera poseedora del llavero.

31-12-07