domingo, 2 de septiembre de 2007

Y Un día todo CAMBIÓ

Habían pasado ya cuatro años desde que ella se fue a Madrid, y como sucede casi siempre el tiempo se encarga de cambiar las cosas, y en este caso no fue distinto, entre ZZ y Carolina, todo cambió; ella venía cada año pero solo en los dos primeros conservaban la intensidad guardada por la ausencia. Ella conoció a alguien allá, mientras él igual. Pero aún se escribían, comentando cada uno lo que sucedía con sus vidas. Mariana, la hermana de Carolina lo llamaba cada vez que había información de ella, sea una carta o una llamada ya confirmada (con fecha y hora), y ZZ estaba ahí siempre, parecía entonces conservar esa chispa dentro que lo entusiasmaba el saber de ella, y es que aún recordaba aquella primera conversación telefónica en casa de Mariana en Barranco, donde antes vivía Carolina, y donde tantas veces visitó, estando ella, tantas cosas, tantas vivencias en su casa; en un momento de esa conversación Carolina le dijo a ZZ…

Carolina: Me siento algo rara.

ZZ: Por qué?

Carolina: No se.

ZZ: Será que extrañas Lima?

Carolina: No!

ZZ: No extrañas Lima?

Carolina: Te extraño a ti!

…esa frase siempre estuvo dando vueltas en su cabeza durante mucho tiempo, y cada vez que ella venía le hacía sentir aquel sentimiento. Pero después de tantos años la situación era otra, los sentimientos también, ZZ pensaba que este año no se había comunicado mucho con ella, y es que ya no solo era la distancia entre ellos, sino la distancia que existía entre una comunicación y otra.
Hasta que un día tuvo que una reunión en la tarde en Barranco, eran las 5:37 de la tarde, una de esas tardes donde el viento tibio, el cielo amarillo ocre, anunciaban la despedida del verano; ZZ se animó a caminar un poco ya que no tenía apuro en llagar a algún lugar; caminaba por Av. Pedro de Osma, llegó al cruce con Bresciani, a su memoria volvió el pasado, el pasado con Carolina, caminando por estas calle tantas veces, tantas tardes talvez a esa misma hora, decidió andar por aquella calle, mientras avanzaba una sensación extraña lo invadía, llegó al final de la calle, había un malecón que al igual que antes estaba vacío, nunca había visto gente en aquel lugar, tal vez por eso siempre tuvieron la sensación de se de ellos; dobló a la derecha por donde continuaba el malecón, pensó llegar al final y doblar a la derecha, pero vio algo nuevo, algo que no pertenecía hasta ese momento, era una puerta de reja, avanzó, quiso abrirla, y nada, estaba cerrada, ZZ sintió amargura, insultó al alcalde, a los vecinos, a medio mundo; entonces pensó que aún podía ir por la calle paralela, entonces regresa por la misma calle, dobla por Pedro de Osma, hasta llegar a 28 de Julio, caminó por la calle, vio la puerta de reja de madera, la misma que de hace años ahora pintada de verde y que siempre estaba abierta, se paró frente a ella, la empujó para abrirla, y…..tampoco pudo hacerlo, estaba cerrada con llave, su amargura se convirtió en frustración, solo le quedó ver el lugar al que quería llegar a través de la reja, la plazuela, antes descuidada, sin pasto, los árboles secos, sin hojas, y las bancas rotas, donde tantas veces se sentaron los dos, tantas conversaciones, tantas chelas bebidas, tantas manifestaciones de afecto intercambiadas, con el mar y el ocaso de fondo hasta que oscurecía, aquel lugar era su refugio, su rincón, les pertenecía a ellos, no a los vecinos; y ahora con césped, los árboles con sus copas verdes, el piso limpio que por fin pudo darse cuenta de su diseño, ya sin bancas, con arbustos, flores que no dejaban ver el mar, ya no era lo mismo.
ZZ se quedó unos minutos mas, dio la vuelta y regresó por donde llegó resignado de no poder ingresar a la plazuela que antes le pertenecía y que ya no, con Carolina ausente, pensó como habría reaccionado y sonrió de imaginárselo.
Días después recibió una llamada de Mariana, le dijo que Carolina iba a llamar por teléfono mañana a las 7:00 de la noche y quería hablar especialmente con él; ZZ confirmó que iría, pero lo desconcertó lo de especialmente.
Al llegar ese día, habló con Carolina, Mariana lo dejó solo en la sala, y después de varios minutos de conversación él le preguntó…

ZZ: Dime Carola, Mariana me dijo que querías hablar conmigo especialmente.

Carolina: Sí, prefería decírtelo por teléfono que por escrito.

ZZ: Qué es lo que me quieres decir?, es algo grave?

Carolina: No, no es nada grave, no es malo, sino que es necesario que sea así, porque te quiero.

ZZ: Yo también a ti, pero qué es mujer?

Carolina: Lo quería decirte es que me voy a casar con Rafa!

ZZ: Que bueno, te felicito!, es el mismo de la foto que me mandaste?

Carolina: Sí!

ZZ: Me alegro mucho por ti!

…continuaron hablando un buen rato más. A los pocos días ZZ estuvo de nuevo en Barranco, fue por 28 de Julio, se paró frente a la reja de madera verde, y pensó que todo lo que pasó la semana pasada no fue casualidad, sino que tenía relación con la llamada de Carolina, y es que el no poder ingresar a la plazuela, era una señal, que anunciaba el futuro casamiento de ella, ella a la que dijo que vaya a estudiar a España, que esas oportunidades no se repiten en la vida, y que algún día futuro se volverían a reunir como antes, y que ya no será.

















--/09/98

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía todo lo qu había pasado antes, pero sí me acuerdo de tí después de la convesación. No supe que decirte.

Anónimo dijo...

YO TE QUIEEEEEROOOOOOOO!!!!!