domingo, 23 de marzo de 2008

MODELO A LA LIMEÑA I

La mujer limeña actual es producto de una serie de transformaciones, en su camino de adaptación a los cambios que se fueron presentando en el transcurrir de la historia, y sobre todo de “su” historia, que no es otra la de aquella mujer, en sus diversas facetas, en sus diversos tipos, en esta metrópoli que bordea lo mega, ya no solo por su extensión, sino por la complejidad que se manifiesta en cada uno de sus rincones, marcada por la heterogeneidad, resultado del proceso de transformación que ha sufrido, y es que la ciudad, es femenina como la mujer, y una ha evolucionado a la par de la otra.

Muy próximo a la celebración del día de la mujer se presentó una muestra interesante de analizar por varios factores. La muestra consistía en varios dibujos en donde la autora representaba a varias mujeres y en diversas circunstancias, es ella en representación de todas las mujeres, de aquello que le es interior y exterior a ellas, para expresar todas sus inquietudes, dudas, traumas, conflictos, aspiraciones, creencias, anhelos, en relación con el hombre, la mujer, la sociedad, el amor, la convivencia, el sexo, etc.; ella, igual las mujeres de hoy, sobre todo las jóvenes, contemporáneas a la autora, las mujeres del hoy, las mujeres del mañana, producto de todo un proceso, en el cual estuvo marcado por el desarraigo, el rechazo, la aceptación, el abandono, la supervivencia, el aprendizaje, el respeto, en sus diferentes etapas evolutivas, y es que la mujer limeña del hoy es cosmopolita, provinciana, extranjera, criolla, todo al mismo tiempo.

El término “pin up” ya se usaba a finales del siglo XVIII, y en París a fines del siglo XIX, en plena efervescencia del Art Nouveau, Alphonso Mucha y Jules Chéret creaban postres con mujeres imaginarias, mientras tanto en el nuevo continente Charles Dana Gibson, creó la “Gibson Girls”, como Harrison Fischer y Howard Chandler Cristy, prepararon el camino para lo que serían las Pin Ups.

A principios del siglo XX, el calendario se hizo popular, Angelo Asti creó la primera Pretty Girl; en los años 20 estuvo marcada por la edad dorada de la ilustración, y el desnudo romántico encontró cabida gracias al Art Déco, esto sumado al auge de la industria del cine, se rompieron viejos tabúes, y la mujer comenzó a enseñar ya no solo su tobillo, sino su anatomía, fue el inicio de las pin ups.

La contemporaneidad marcada por los dos procesos, el transnacional y el trasnacional de todos los niveles, como dice Fernando de Toro: “…lo transnacional inscribe el desplazamiento de pueblos y lo traslacional inscribe la voz y la acción de esos pueblos en un nuevo territorio.” , nos muestra a la mujer y sus diferentes rostros, luego de acumular una serie de experiencias en su largo transitar al hoy, experiencias como resultado de los pliegues culturales, tanto internos como externos, es decir por las relaciones con el interior del país, a través de los desplazamientos de los habitantes de las provincias y su confrontación con la nueva realidad capitalina, con sus habitantes, los cuales también sufren cambios por su relación el exterior del país, ya sea por la cada vez más innovadora tecnología de las comunicaciones y su masiva influencia, y es que esta influencia foránea no se limitaba a los viajes que realizaban cierto grupo de personas, las cuales retornaban con una visión renovadora.

La mujer (autora) se muestra ante nosotros, no solo como una imagen sino también por medio de textos que corresponden a cada imagen; y nos conduce sutilmente a mostrarnos ante ella(s) de la misma manera, con todo lo bueno y lo malo, pero callados, en silencio de confesión, ella(s) si se expresan abiertamente, los observadores no; además al leer los textos debemos agachar la cabeza, pues ellos están en el piso al pie de cada imagen, agachados ante ella(s) después de nuestra propia revelación secreta, mas ella(s) no se presentan con el dedo acusador ni con la lengua como látigo, sino como cómplices, y de esta manera ver con otros ojos a ella(s), a todas las mujeres, los observadores en este caso no fuimos seres ajenos, pues fuimos acogidos por la autora, por todas ellas.

El intercambio de información con lo extranjero permitió la actualización permanente, sobre todo en los campos de la política, la industria, la cultura, el comercio; lo que posibilitó el salto de la mujer hacia lo que es hoy la mujer, a través del acceso a la educación universitaria, al ámbito laboral.
Pero no menos refrescante e innovador era el resultado de la interacción de los habitantes del interior del país (sobre todo de la sierra) con los citadinos, identificados en su mayoría con las clases media o bajas, aunque también hubo grupos de clases media altas y altas; donde el proceso de adaptación se ha manifestado de modo notorio de generación en generación, donde se puede observar una inserción notoria.

Así en la década del 40 se populariza el término “pin up”, y empieza el boom de las chicas bonitas en actitudes sugerentes, a través de dibujos y fotos que se publicaban en revistas o calendarios. Mas el término se aplica incluso a acuarelas, cuadros y otras ilustraciones.

En la Segunda Guerra Mundial, Betty Grabble fue una de las más populares pin ups, pues sus fotos estaban en muchos armarios de los soldados. Entre los exponentes más importantes del arte de las pin ups se encuentran George Petty y Alberto Vargas con sus dibujos, John Wiilie con su historieta erótica. Max Fleischer también tiene un lugar especial por ser creador de Betty Boop.

La expresión “cheescake” era un sinónimo de pin up, su uso se remonta al año 1934, popularizándose 20 años después con la frase “better than a cheescake” (mejor que un pastel de queso, refiriéndose a una mujer bella); “Beefcake” era el término para los hombres.

La muestra manifiesta además el lado egocéntrico de la autora, ya expresada en anteriores trabajos, y es que ingresando en el campo psicoanalítico hay en ello una exaltación del “YO”, del ego de la artista, no como Frida Khalo, en tanto ego del sufrimiento, pues en este caso no son autorretratos sino mas bien representaciones de ella(s), mas cercana a una Madonna y las diversas personificaciones en sus videos, pero por el camino de las pin ups, ella (la autora) como divinidad mas terrenal, mas cercana, pero nos relacionamos con ella(s) casi religiosamente, pues inclinamos la cabeza ante ella al mostrarnos no como otro, sino nosotros, y darnos cuenta del “YO” que somos.

Dentro del pliegue cultural externo, se inscribe los desplazamientos desde el extranjero, con las colonias extranjeras provenientes de diferentes partes del mundo, las cuales se establecieron en los diferentes estratos de la sociedad limeña, con sus consiguientes tradiciones culturales; grupos que vivieron un proceso igual a los llegados de provincias, para establecerse en la capital. Estos procesos de transnacional y trasnacional, interno y externo, dan como resultado el nomadismo constante, una característica que es marcada en las ciudades de la actualidad, sobre todo las metrópolis y megalópolis, y en las cuales se producen otros procesos simultáneos como la desterritorialización y la re-territorialización mental y física de la mujer.

La interrelación que en un principio era vertical, de abajo hacia arriba, por la aceptación y el “querer ser como”, a una relación vertical de doble vía, es decir de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, en la cual en algunos momentos parece horizontalizarse, expresándose en una tercera cultura, que no es otra cosa que una multicultura simultánea en constante interacción, como bien lo manifiesta Homi Bhabha. Y es en este devenir de la mujer en ser mujer, es que ella asume el protagonismo familiar en ausencia del “otro” (el hombre), las descendientes de provincianos que estudian en universidades y su posterior profesionalización, la mujer trabajadora, la empresaria, etc.

Con el auge de la fotografía a fines de los ’50, las ilustraciones perdieron vigencia, Marilyn Monroe aparece en 1953 en la página central de Playboy, en la década de los 60, el artista Pop Art, realiza trabajos de desnudos femenino con productos de consumo; mientras en 1970, Penthouse desvela el vello púbico, de lo sugerido se pasó a lo explícito, en los ’70 las pin ups son actrices de cine; desde los ’80 hasta la actualidad también son modelos de alta costura y fotográficos, y cantantes.

El arte del pin up ha influenciado a otros campos como el cómic, el cine, la televisión, la publicidad, y hoy en día ha recuperado terreno, con nuevos representantes, que no siguen con la concepción tradicional; pero sin embargo le han aportado nuevas expresiones por medio de nuevas técnicas, con un marcado giro hacia el fetichismo y la opulencia.

Otro de los factores a analizar está el hecho de la imagen de pin up, en la tradición de las primeras pin ups de los años 40 del siglo pasado, las cuales eran en su mayoría dibujo o pinturas, y también en relación a ser diva, pero no como a la actriz de cine, o modelo; es ser diva ella misma, la diva artista, pero también la diva como muchas que caminan por la calle, que podrían estar al lado. Y es que ese no es un detalle menor, volver al dibujo, volver al pin up, es distanciarse del arte convencional, es involucrarse con lo masivo lo popular, aquello que está más ligado al cómic, a la televisión, a las revistas, a los periódicos, a aquello que está más cerca de nosotros, como todas las mujeres y parte de ellas que se representan, como imágenes y como inquietudes del día a día del ser mujer en una ciudad como Lima.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y ella estuvo regalando pines!