lunes, 4 de febrero de 2008

La Chica sin Blusa

Era una tarde de Noviembre, hacía calor, ZZ llego a su casa, Edith la muchacha le dijo si quería almorzar, él le respondió que primero se iba a bañar, dejo sus cosas sobre la mesa del estudio, y los planos que traía los puso sobre el tablero de dibujo, se acercó a la ventana para abrirla, pues la temperatura interior era insoportable, después se dirigió al baño, abrió la ducha, se quitó la ropa y se dejó relajar por las miles y miles de gotas frías que caían en todo su cuerpo, después se puso ropa ligera y se dirigió al estudio, se acerca al tablero de dibujo que está al lado de la ventana, estaba acomodando la banca cuando vio a la chica en la ventana de su cuarto, había llegado del colegio, ella miró hacia la calle (de ZZ), él hizo como si no la hubiese visto, prendió la radio para hacer la finta, dio la vuelta, caminó hacia el librero; quería alejarse de la ventana, y desde lo lejos la veía caminar de un lado a otro, como si supiera que él la observaba (y no se equivocaba), después de unos minutos desapareció, ZZ se preguntó donde está?, en eso la ve en la lavandería de su casa que está en el segundo piso, justo debajo de la ventana de su cuarto, la veía con mayor nitidez ya que no había ventana de por medio, caminaba de un lado a otro como si buscara algo: en ese momento Edith le avisa que su almuerzo está listo, ZZ le dice que ya baja, luego entró a la casa, él decidió cerrar la ventana, la chica salió de nuevo esta vez sin su blusa de colegio, estaba con su brassiere blanco, y volvió a pasearse por toda la lavandería, se detuvo un instante, Edith nuevamente le avisa que se estaba enfriando la comida, ZZ le dijo que ya baja, entonces se propuso hacer la prueba definitiva, la chica seguía parada mirando algo que tenía en sus manos, su cabello rubio brillaba por el sol; entonces él abre un poco su ventana y silbó, entonces ella, la chica de la ventana ahora sin blusa pero aún escolar, levantó la mirada y la dirigió hacia la ventana de ZZ, así se confirmó lo que ya sabía, aquella chica, chiquilla, hacía todo aquello porque él la veía y para que la siguiera viendo; ella todavía parada mirando la ventana casi cerrada de ZZ, mientras él se preguntaba por qué seguí viendo hacia acá si la luna polarizada no la dejaba ver nada (o tal vez sí?), después de unos minutos ella entró a su casa; ZZ salió del estudio, bajó la escalera y se sentó en el comedor, probó un bocado y le dijo a Edith si podía calentar su almuerzo.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Hey hace tanto de eso, leyendo me acordé que me contaste....!