viernes, 29 de febrero de 2008

DOS CAMINOS EN EL CINE

Dos directores de cine que desde la segunda mitad del siglo pasado, se distinguieron por marcar una distancia evidente de la producción masiva hollywoodense, por su particular visión y manera del cine, son David Lynch y David Cronenberg, dos directores, uno norteamericano, el otro canadiense, que se iniciaron en los finales de los ’60, dirigiendo de algunos cortos que empezaron a cimentar su futuro en el cine. Ya en los ’70 empezaron su carrera en la escena cinematográfica, cuyas propuestas generaron rechazos y adhesiones igual de vehementes, pero lo que nadie les discutió era esa persistencia por hacer otro cine, alternativo, tanto en producción, en costo, como temático, en un inicio distante de la gran producción comercial norteamericana, aunque más adelante en algún momento tuvieron acercamientos con esta industria, e incluso con trabajos televisivos.

Los primeros trabajos Lynch explora lo fantástico de lo onírico, hasta coqueteando con la ciencia ficción, sobre todo en sus primeros trabajos, lo que marcaba un sello personal, así como la influencia de sus estudios de artes plásticas, acentuada por su personalismo, se revela su entrega total en todo lo que tiene que ver con la realización de cada película, incluso la música; Cronenberg explora lo surreal y también la ciencia ficción, para luego en sus posteriores películas se inclina por el gore, muy emparentado con las películas de bajo presupuesto de este mismo género, incluso abordando temas censurados, como lo relacionado a lo sexual.

Lynch trabaja el suspenso cercano al film noir, con acentuaciones del gore, lo erótico; en donde sus personajes son afectados en lo psicológico, llevándolos a situaciones demenciales producto de lo impredecible del desarrollo de las historias. A su vez Cronenberg, hace evidente la alteración tanto física como psicológica, por eso sus películas fueron catalogadas como terror corporal, expresados en el límite entre lo racional y lo irracional

Ambos directores tienen predilección por las historias cuya evolución va degenerando, ya sea por acción de los propios personajes o por el devenir de las acciones, mostrándonos el lado oscuro no solo de las situaciones, sino de la condición humana, enfatizada por un pesimismo en su propio futuro. Esta característica, puede deberse a la visión que tienen de la sociedad y su destino, más lleno de incertidumbres que de certidumbres.

Pero existen diferencias, Lynch le otorga mucha importancia al aspecto musical, es decir que la música no es comparsa cinematográfica, sino es un componente gravitante en las historias, son otro personaje, y es que el cine no solo es imagen, también es sonoridad; por tanto la importancia de la música es incluso supervisada y hasta co-compuesta por el propio Lynch.
En tanto Cronenberg, ya dije que en sus trabajos hay una obsesión por lo corporal, tanto en lo que se refiere a lo erótico, a lo dramático, lo violento; sino también como ente transformable, alterable, y es aquí donde se suma un elemento, tal vez uno de los más importantes en el hacer cine por parte de Cronenberg, y es aquello que tiene que ver con lo biológico, es decir la mutación genética, que deviene en transformación física.

En las últimas películas de ambos directores se ha evidenciado los distintos caminos por los que han transcurrido, y es que si bien, aún existen coincidencias, el cambio de sus propuestas se han dirigido por vertientes insospechadas. En Lynch, hay una profundización en el universo onírico, mostrándonos las situaciones surreales más insospechadas, proporcionando a sus películas una complejidad tal como pueden ser los sueños, el tono gore se acentúa, haciéndolas más oscuras cada vez, en tanto el filo noir se mantiene, pero con el agregado de incluir al espectador en el desvelamiento de la historia (las historias); manejándose en diverso niveles, y superposiciones, radicalizándose cada vez más en sus atmósferas oscuras y confusas, razones que complejizan la interpretación de las mismas.

Lo último de Cronenberg, sí evidencia un cambio notorio, si bien continúa presente la transformación de los personajes; ya no están presente los personajes mutados, lo erótico; estas transformaciones se producen a nivel de la psique, y es que estas son resultado de diversos acontecimientos anteriores y que conducirán a otros posteriores, en un sin fin de hechos que va más allá de las voluntades, explorando el lado “irracional” contenido, la violencia del sapiens demens que tenemos todos; es decir que nos muestra que el verdadero conflicto se genera en cada uno, como individuo, afectado por el entorno como es obvio, y a través de ello surgen las nuevas relaciones interpersonales y la nueva condición individual que conlleva a una mutación no biológica sino de situación.

El Imperio de David Lynch, su más reciente película, es resultado de un proceso que estuvo precedida de Carretera Perdida (Lost Highway) y La Calle de los Sueños (Mulholland Drive). Lo último hecho por David Cronenberg, Promesas del Este, parece continuar la línea de Una Historia Violenta
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uu

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