domingo, 17 de febrero de 2008

PAR

La chica recibió la llamada de su prima A, el sábado celebraría su cumple, bueno 24, es un número interesante, así lo dijo ella, sobre todo por lo que podría suceder (habría muchos chicos), eso atrajo a la chica, aquellas celebraciones siempre estaban cargadas de sorpresas, y ella se entusiasmó.
Llegó la hora del sábado, noche por supuesto, el lugar acordado sería un local en algún lugar de la ciudad, aunque conocido por muchos, y allí estaba ella , la chica con su mini, top y casaca, preparada para las emociones fuertes, y quería algo fuerte!, esperaba algo interesante, y en la fiesta lo encontró, pero en medio de la multitud, alguien dentro de un grupo, de los tantos que conforman el gran grupo celebrador, lo vi, caminaba, bailaba, se cruzaban, se miraban, aparecía y desaparecía de su vista, eso la inquietaba; pero nadie los presentó, y menos ellos, se fue con unos amigos.
Al otro mes, reu en casa del ena de la prima, había gente, no la multitud anterior, pero el chico estaba ahí, esta vez A se la presentó, era amigo de ella, cómo se conocerían?, siempre le dio vueltas en la cabeza, conversaron algo, en medio de todos, y las miradas, y bailaron, bailaron?
Después de un año las reuniones se sucedieron, y otros encuentros entre la chica y el chico; los motivos podían ser cualquiera y así continuaba, parecía que tenían que conocerse de todas maneras, no se si por el destino o por las circunstancias inevitables, era así de verdad?; qué se podía esperar cuando conoces a las mismas personas, y aún así se podría evadir alguna que otra, pero no, los dos siempre ahí, en todos aquellos lugares, como queriendo ambos.
Cuando se veían, la chica sentía un entusiasmo que le quemaba el pecho, y lo veía al chico con mirada brillante, y pensó que ella también, y lo sentía así. Un día decidieron verse a solas, para conversar, en algún lugar, tomando algo, y así fue, así fueron, varias veces, había algo en ellos que les permitía tal confianza, y hasta los silencios, donde no se dice nada pero se entiende todo, lateos por las calles, tan prolongadas como las despedidas, acaso siempre es de ese modo?, intentar la continuidad sabiendo que hay una despedida?, sí, pero es una promesa de otro momento, y el ansia aflora.
Pasaron los meses y las salidas se presentaban casi de la nada, solo por querer, y también en grupo, en juergas; la chica se mostraba al 100%, sin dudas, y acaso otros no se alejaron por eso?, pero él estaba ahí frente a ella, y la chica descubrió que él era distinto de muchas maneras, carajo! era inquietante, para ella, para él, la chica, el chico, siempre ellos.
El chico le contó todo su pensamiento, ella también, entonces el chico le dijo que se parecía mucho a él, aunque no podía creerlo, y solo el tiempo y los sucesos le demostrarían que era así; y durante todo el tiempo muchas situaciones experimentaron, siempre tomados con humor, hasta los malos; el chico la vio fijamente, pensando era lo más cercano a lo que pensaba él, era lo más cercano a lo que dijo ella, y todo se fue profundizando; hasta que una noche que fueron a tomar una chelas en un bar miraflorino, sucedió…., se besaron, suave, después, intenso, más intenso hasta el agarre, ahhh, aaaahhhh, aaaahhhhhh!; fue la primera de otra, y es que no hay primera sin segunda, y con tantas ganas, tantas que parecían contenidas, su cuerpo se erizaba, se abrazaba más a él, y más, más, más.
Si no se veían, siempre había tiempo para lorear por teléfono, mandarse mensajes al cel, o chatear casi a diario, y tanta necesidad. Un viernes salieron juntos, a un lugar por Lima, que ella no conocía, hasta que amaneció sin saberlo hasta que salieron, chuparon, bailaron, se abrazaron y agarraron con la misma intensidad, pero….., hubo algo distinto, algo que sintieron los dos, y es que eran “dos”, así varios minutos, varias veces, durante el camino a la casa de ella, y como otras veces las múltiples despedidas, los múltiples chapes.
Un día por teléfono quedaron en reunirse el domingo en la casa del chico, a pedido de ella, quería conocer su casa, de la que tanto le había hablado, y en la que había hecho tantas cosas, es un artista?, había mucha creatividad, demasiada alucinada, la chica tenía que verlo por sus propios ojos, y es que poco a poco él la fue mostrando su vida, tan distinta a la de ella, aunque igual de agitada, ella hacía lo mismo mostrando la suya, el interés era común y crecía. Y el domingo estuvieron casi todo el día, la chica observó cada rincón, reconociendo en ellos una parte de él, comieron, tomaron vino, después unas chelas, conversaron, rieron, agarraron nuevamente, aaaaahhhhhh!!!!, a ella le gustaba como agarraba y que bien agarraba, fue más intenso, más todo, era la tercera y la vencida, ahora en la privacidad y comodidad del lugar, ella cayó redondita, allí, allá, más allá….
Los días siguientes igual, pero algo se había cambiado, sin decirse nada, fue tácito, ya no eran lo de hace unos días, si bien siguieron haciendo lo mismo, eran otra cosa, eran definitivamente dos
.


Laureada


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9 comentarios:

Ch dijo...

...la chica y el chico, buen par!

dulce dijo...

Sííííííí´, son increiblemente buen par.

Anónimo dijo...

Oe quién es la chica?

La del relato
y la de la foto?

......caletasa!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Lo quiero, lo AMO!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Esas cosas pasan?, o estan alucinando, porque si no por qué a mí no!
Estoy esperando...

Anónimo dijo...

Pero también con ese chaplín!

purpurita dijo...

Esas cosas pueden pasar.

dulce dijo...

las visitas domingueras, que...

Ch dijo...

sí, esos domingos tan calurosos.